Caja Rural de Jaén, a través de su Fundación, presentó un proyecto de innovación que pretende aportar conocimiento a la agricultura jiennense para mejorar su productividad y, consecuentemente, el valor añadido. Está demostrado que la alimentación del olivo —como cualquier ser vivo— es directamente proporcional a su desarrollo. De ahí que los olivos mal nutridos brotan menos y generan menos cosecha.
La Fundación Caja Rural de Jaén, a través de su Laboratorio Olivarum, quiere aportar una técnica que permita conocer cómo es la nutrición de cualquier tipo de finca. Hasta ahora, se hace a través de los análisis de las hojas, pero, tal y como explica la técnico de Olivarum, Juana Nieto, este sistema presenta algunas carencias. Por eso, se quiere ver, directamente, el torrente de vida del árbol para ver cómo es su nutrición o, lo que es lo mismo, desarrollar una técnica que permite analizar la savia.
El acto de presentación del proyecto se desarrolló en el salón de actos de Caja Rural de Jaén, que se llenó de representantes de almazaras, cooperativas y comunidades de regantes de la provincia. El gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas Pousibet, fue el encargado de abrir el foro que sirvió para lanzar este nuevo proyecto de innovación. “Contamos con el apoyo de la Junta de Andalucía. Se desarrollará en dos años. El objetivo es crear desarrollar una herramienta precisa y rápida para los diagnósticos nutricionales que permite corregir incidencias en el cultivo en los momentos apropiados”, explicó Luis Jesús García-Lomas Pousibet.
COLABORACIONES. Se denomina “Proyecto Savia Olivar”. Está capitaneado por la Fundación Caja Rural de Jaén y tiene el apoyo de la Consejería de Agricultura a través de los fondos para grupos operativos de innovación —hay once más en Andalucía que investigan otros asuntos—. Además, dispone de las colaboraciones de la Universidad de Granada —como entidad generadora de conocimiento—, Cortijo La Loma, Cortijo Guadiana y la ATPI Olivar. La profesora Emilia Fernández Ondoño, del Departamento de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Granada, fue la encargada de presentar —en detalle— la investigación. Lo hizo bajo las premisas que ya se conocen para ahondar en los objetivos que se persiguen dentro de esta nueva técnica. Además, con la idea de que el conocimiento tiene que llegar rápido al campo para que los agricultores lo utilicen cuanto antes. “Si no llega a las personas, de nada vale investigar”, afirmó Emilia Fernández Ondoño. Asimismo, explicó las diferencias de suelo que existen y la importancia de conocer la nutrición de los árboles, ya que existen algunos nutrientes que pueden bloquear la asimilación de otros —el carbonato cálcico y el potasio, por ejemplo—, por lo que insistió en la utilidad de la nueva técnica que se trata de constatar.
FUENTE: DIARIO JAÉN