“Hemos logrado que la Caja sea más que ganar dinero” Entrevista a Enrique Acisclo


El director general de Caja Rural de Jaén imparte, el próximo martes a las siete y media de la tarde, una conferencia en la Real Sociedad Económica de Amigos del País en el que analizará la evolución de la entidad y la importancia para la provincia jiennense

Enrique Acisclo Medina es el director general de Caja Rural de Jaén. Llegó a este cargo el 1 de marzo de 1984 bajo la presidencia de Álvaro López. Desde entonces, dirige la empresa financiera que actualmente preside José Luis García-Lomas. Es más de trabajo callado que de apariciones públicas. Detrás de un hombre serio rodeado de informes y números y de un referente en Jaén en economía y finanzas, hay una persona cercana amante de los coches de Scalextric y de las motos antiguas. Sus nietos son su mayor pasión. El próximo martes (a las siete y media de la tarde), pronunciará en la Real Sociedad Económica de Amigos del País una esperada conferencia: “Caja Rural de Jaén, banca resiliente”.

¿Qué se esconde bajo el título de la conferencia?

—La Caja tiene la estructura consolidada, por lo que, en los últimos años, tengo un gran inquietud por dar transparencia e información de qué es lo que Caja Rural representa para Jaén. Así se abre más a la población en general y que se implique con nuestros proyectos. No me refiero a su participación económica, sino con las iniciativas sociales y culturales que desarrollamos. Al año, estimo que cerca de 6 millones de euros se dedican a actividades sociales, culturales o sanitarias en Jaén.

El director general está al frente de la empresa . ¿Cómo va Caja Rural de Jaén?

—Afortunadamente, muy bien. Este año, además, hemos tenido 6 meses una inspección del Banco de España muy profunda. Ha visto la estructura de la Caja y ha analizado sus riesgos, por lo que nuestro balance está más supervisado aún si cabe. También, en el balance de 2017, se incorpora una novedad. Pronto saldrá en los medios porque resta un trámite burocrático, pero se lo adelanto. El Grupo de Cajas Rurales hemos constituido un mecanismo de protección. Sin perder nuestra identidad y sin llegar a un proceso de fusión, creamos unos fondos solidarios. Si alguna caja tuviera un problema se usaría ese fondo mediante unos mecanismos y normas técnicas para responder ante las dificultades. Habrá algunas intervenciones de volumen importante que tendrá que supervisar ese órgano. Refuerza aún más la solvencia.

¿Cómo se gana dinero en una provincia en la que los parámetros económicos dicen que está entre las más pobres?

—Jaén no genera por sí sola todo el negocio de Caja Rural. Nuestra presencia en Córdoba y en Madrid, con la absorción de Novanca, y con la simbólica presencia en Cataluña obtenemos ingresos interesantes. No sé si está bien decirlo o no, pero en los momentos en los que en Jaén existe dudas sobre la cosecha es la coyuntura más favorable para nosotros porque existe una mayor demanda de inversión. Caja Rural tiene 500 o 600 millones de liquidez diarios, pero con eso perdemos dinero con este entorno de tipos de interés. A mí me interesa que la gente pida créditos y que se complementen con las comisiones por los servicios prestados. Cualquier proyecto solvente que dé riqueza para la provincia nos interesa. Estoy deseando dar créditos.

Están en todos los pueblos de Jaén, pero hay oficinas que no son rentables. Ustedes están para ganar dinero. ¿Por qué las mantienen abiertas?

—Si no estuviera en todos los pueblos, perdería la generación de ese flujo que se genera en el entorno provincial. Si estuviera en las plazas más importantes, perdería más del 50% de mi negocio. Mi presencia en todos los pueblos crea un flujo de fondos de Jaén que nos beneficia. Tengo 20 oficinas que me pierden dinero, pero estoy convencido de que es una fortaleza porque me permite que el flujo económico provincial pase por toda la Caja. No miro la rentabilidad por encima de todo. Yo a mis comerciales les digo: la venta de productos complejos no son estrategia de la Caja. Prefiero ganar menos, pero estar tranquilo. Podría ganar más dinero, pero no me considero mejor director si tengo más beneficios. No busco la rentabilidad por encima de todo. Las cuentas salen.

Trabaja desde hace muchos años con José Luis García-Lomas. ¿Cómo se lleva el director general con el presidente?

—Somos un matrimonio bien avenido. Tenemos una relación buena que no está exenta de discusiones. Vivimos momentos de tensión y también nos enfadamos. En el propio consejo, nos tiramos la pelota. No es sí señor, sino que discrepamos. A veces, hemos retirado asuntos del orden del día. El presidente es el más exigente y el que más discrepa conmigo. Si le pregunta a cualquier consejero le dirá: “No paran de pelearse”. Y es verdad. Nos llevamos bien, pero somos dos personas exigentes. El primero que no quería cobrar comisiones era el presidente. Pese a todo, la relación es muy buena, como un matrimonio bien avenido.

Hace unos años compraron Novanca en Madrid, una entidad de banca de barrio. ¿Cómo les va en este negocio?

—Hemos tenido tentaciones de aplicar el modelo de negocio en Jaén, pero seguimos con banca de barrio que es algo que nos diferencia. Me puse como objetivo no perder más del 50% de los clientes. Tenía 44.000 y me puse el listón de los 20.000. Han salido unos 12.000. Perdía 3 millones de euros al año y ahora solo me pierden 300.000. Vamos por el buen camino. Estoy contento.

¿Le gusta ser director general o es un puesto que quita el sueño más de lo normal?

—Toda mi vida me he dedicado a esto. He vivido un momento delicado, que ha terminado bien. Salvo esa época, siempre he dormido bien. Tengo la tranquilidad de que el equipo que dirijo lo hace bien. No damos operaciones forzadas ni tengo intereses fuera de la Caja. Tengo mi sueldo y estoy satisfecho, por lo que nunca buscaré complementos de fuera. A veces pienso, ¿me jubilo o no? Pero, esto es mi vida. Ya le digo que prefiero que Caja Rural de Jaén gane menos dinero y que todos durmamos bien porque estemos tranquilos con lo que hacemos. Las cuentas nos salen.